jueves, 22 de febrero de 2007



Pedagogía del Oprimido
Autor: Paulo Freire




“Nadie educa a nadie, nadie se educa solo, sino que los hombres se educan entre si mediatizados por el mundo”



Por: Ing. Lusmery Alvarado
Mucho se ha discutido, se discute y se discutirá sobre la naturaleza de la educación, acerca de su eficacia, del papel del profesor y del estudiante en el proceso educativo. Por ahora toca reflexionar sobre el concepto de educación, ya que las demás interrogantes surgen de este. Para algunos la educación es un proceso que termina con la “madurez “del individuo, es obra de la escuela y de la familia. Para otros es un proceso permanente, obra de la sociedad que dura tanto como nuestra existencia, como seres inacabados que somos. No faltan quienes la consideran predominantemente como transmisión de conocimientos y valores. Para unos, la educación debe centrarse en el individuo, para otros en la sociedad.
Hay quienes afirman que la educación ejerce poca influencia: “Ni la buena educación hace el carácter, ni la mala lo destruye” (Fontonelle), otros la consideran todopoderosa: “Todos los hombres nacen iguales y con aptitudes iguales, sólo la educación hace las diferencias” (Locke). Para algunos, el poder de la educación es grande pero relativo. En efecto, las predisposiciones (instintos) humanas son muy generales, maleables y dóciles. Pero las discusiones más interesantes se refieren al mismo concepto de la educación y a sus objetivos. Todos los autores modernos están de acuerdo en que el proceso educativo no consiste en transmisión y adquisición pasiva de conocimientos y de información, proceso sin realimentación.
Bloom, subraya la acción de procesamiento y transformación de los datos mediante el análisis, la síntesis y la evaluación constante de la información recibida. Para él, educar consiste en el desarrollo de aquellas características que permiten al hombre vivir eficazmente en una sociedad compleja. Es un proceso que cambia a quienes experimentan el aprendizaje.
Otros pensadores definen la educación como una contribución al desarrollo de la persona y de su grupo social, la cual orienta y facilita actividades que operen en ellos cambios positivos en sus comportamientos, actitudes, conocimientos, ideas y habilidades. Hay quienes describen a la educación como un proceso que tiende hacia la madurez social y emocional.
Según Kauffman: “contribuir a alcanzar la dignidad humana donde no existe; incrementarla donde su presencia es sólo parcial”. Otros apelan a definiciones tan amplias que todo lo abarcan y nada clarifican, como la que dice que es un “proceso de construcción del hombre y de su sociedad”, “de construcción de cultura”.
Edgar Faure entiende por educación “el proceso cultural que busca la revelación y el desarrollo de todas las virtualidades del ser y su sociedad” La entiende no como una formación inicial, sino como una actividad continua; su objeto no es la formación del niño y del adolescente sino la de todos los hombres durante toda su vida. Su lugar no se limita a la escuela; está constituido por todo el ambiente vital. El educador básico es la sociedad, el sujeto de la educación es el educando mismo. La educación, por tanto, ya no se define en función de la adquisición de una serie de conocimientos, sino como un proceso del ser humano y de su grupo social que, a través de la asimilación, asociación y orientación de sus experiencias, aprende a ser más, a dominar al mundo, a ser más humano cada vez, en fin a ser critico de su entorno de su vida.
Tomando como base este punto de vista la educación tiene cabida en todas las edades de la vida, y a través de toda la multiplicidad de situaciones y circunstancias de la existencia, el ser humano es un sistema abierto y cambiante que día a día aprende de su entorno, es decir de las personas que lo rodean, todos los días, cada instante se aprenden cosas nuevas, del profesor, del amigo, del jefe, de la Sra. de limpieza, del taxista, del heladero en fin todos tenemos algo que enseñar y algo que aprender. Es la utilización de las capacidades creadoras de todos, a través de nuevas formas de organización y de movilización de masas, utilizando todas las energías que atesora el pueblo. Educar es aprovechar masivamente los recursos humanos latentes.
Paulo Freiré describe la educación como el llegar a ser críticamente consciente de la realidad personal, de tal forma que se logre actuar eficazmente sobre ella y sobre el mundo. Su fin es conocer el mundo lo suficiente para poder enfrentarlo con eficacia. También esta concepción supone una posición respecto del significado de la conciencia crítica, sobre la capacidad y los límites del conocimiento del mundo y acerca de los criterios para juzgar la eficacia de tal enfrentamiento.
La técnica del método de alfabetización de Paulo Freire (alfabetizar es concienciar), “… donde el alfabetizado se reencuentra con el y con los otros…”.
Al respecto, Díaz Bordenave señala que existen muchas concepciones pedagógicas pero que el las ha agrupado en tres modelos fundamentales de educación: el primer modelo el de “la educación que pone el énfasis en los contenidos”, segundo modelo “la educación que pone el énfasis en los efectos” y el tercer y último modelo, el endógeno, “la educación que pone el énfasis en el proceso”, en este ultimo modelo me atrevo a ubicar el método de alfabetización de Paulo Freire, ya que en el se destaca la importancia del proceso de transformación de la persona y las comunidades, no se preocupa tanto de los contenidos a ser comunicados ni de los efectos en términos de comportamiento, cuanto de la interacción dialéctica entre las personas y su realidad; del desarrollo de sus capacidades intelectuales y de su conciencia social.
Cuando Paulo Freire califica la educación como Bancaria se esta refiriendo al primer modelo el de “la educación que pone el énfasis en los contenidos”, que es el tipo de educación tradicional basado en la transmisión de conocimientos; donde el educador deposita conocimientos en la mente del educando. Es el tipo de educación vertical y autoritaria. Particularmente yo fui formada bajo este sistema de educación tradicional y actualmente como Profesora Asesora en el Programa Nacional de Formación Sistemas e Informática de la Misión Sucre día a día estoy aplicando los pilares básicos de la educación citados en el informe de la UNESCO sobre la educación hacia el siglo XXI, como son: aprender a conocer, aprender hacer, aprender a vivir juntos, aprender a ser, y el mas importante en mi caso en mi transformación aprender a desaprender para aprender esta modalidad de enseñanza – aprendizaje al lado de mis triunfadores (alumnos de la Misión Sucre).
Retomando el análisis de Paulo Freire, cuando el se refiere a educación bancaria hace énfasis en que sirve para la domesticación del hombre, en este modelo de educación el educador es quien siempre educa, el que habla, prescribe normas, pone o impone las reglas, es siempre quien sabe, en fin es el sujeto del proceso, mientras que el educando es siempre el que es educado, el que escucha, obedece, sigue la prescripción, es el que no sabe, el objeto del proceso.
El indicador que utilizara el educador en este modelo para evaluar su producto será siempre ¿el alumno sabe?, ¿ha aprendido?; aunque en verdad el resultado es que no aprende sino que memoriza, repite y luego olvida, no asimila, porque no hay asimilación sin participación, sin elaboración personal.
Paulo Freire en la Educación como Practica de la Libertad, afirma que “La educación bancaria dicta ideas, no hay intercambio de ideas. No debate o discute temas. Trabaja sobre el educando, le impone una orden que el no comparte, a la cual solo se acomoda, no le ofrece medios para pensar porque al recibir las formulas dadas simplemente las guarda. No las incorpora, porque la incorporación es el resultado de la búsqueda, de algo que exige de parte de quien lo intenta un esfuerzo de recreación, de invención”.
El proceso de enseñanza – aprendizaje del método de alfabetización de Paulo Freire se basa en la comunicación efectiva, donde las acciones se centran en el que aprende mas que en el que enseña, en la educación bancaria o tradicional el proceso de comunicación consiste en la transmisión de información en el cual existe un emisor que envía el mensaje a un receptor pasivo, en este tipo de comunicación no existe la realimentación del proceso por lo cual se puede concluir que en la educación bancaria la comunicación establecida es un MONOLOGO.
El modelo de educación endógeno el que pone énfasis en el proceso el que se centra en la persona este es el modelo pedagógico de Paulo Freire el cual lo llama “educación liberadora” o “transformadora”; este modelo se basa en el proceso acción – reflexión – acción que el hombre hace desde su realidad, desde su experiencia, desde su practica social, junto con los demás, y en el que se hace presente el educador/educando pero ya no como el que enseña y dirige sino para acompañar al otro para estimular ese proceso de análisis y reflexión, para facilitárselo para aprender junto a el y de el, para construir juntos; la pedagogía del oprimido se basa en una educación para la liberación de las clases subalternas y un instrumento para la transformación de la sociedad.
Paulo Freire la caracteriza como, “la educación es praxis, reflexión y acción del hombre sobre el mundo para transfórmalo”, ya no se habla de una educación para informar, ni para condicionar conductas, lo que se busca es formar a las personas y llevarlas a transformar su realidad, de ahí es que es que el autor extrae los postulados de esta nueva educación:
No más un educador del educando, no más un educando del educador, sino un educador-educando con un educando-educador. Lo cual significa:
Que nadie educa a nadie, que tampoco nadie se educa solo, sino que los hombres se educan entre si mediatizados por el mundo. En eso se basa este proceso educativo “educarse entre si, aprender de todos y con todos”.
Cuando se habla de enfatizar en el proceso es ver a la educación como un proceso permanente, en que el sujeto va descubriendo, elaborando, reinventando, haciendo suyo el conocimiento apropiándose del mismo, se va haciendo critico, va dejando de concluir sobre conclusiones de otros y dejan de actuar sobre experiencias de otros. Se evidencia un cambio fundamental en el paso del hombre acrítico al hombre crítico; en ese proceso de un hombre desde las condiciones que lo han hecho pasivo, conformista, fatalista hasta la voluntad de asumir su destino humano; desde las tendencias individualistas y egoísta hasta la apertura a los valores solidarios y comunitarios.
Lo que importa es que el sujeto aprenda a aprender (que es uno de los pilares de la educación) que se haga capaz de razonar por si mismo y desarrollar su propia capacidad de deducir, de relacionar, de elaborar síntesis, se trata de formar su conciencia critica.
Este modelo busca la participación activa del participante en el proceso enseñanza – aprendizaje así como su participación dentro de la sociedad; tiene que ser participatorio no solo como una razón de coherencia con la nueva sociedad democrática que busca construir sino también por una razón de eficacia, por que solo participando, involucrándose, investigándose, haciendo preguntas y buscando respuestas, problematizando y problematizandose, se llega realmente al conocimiento. Se aprende lo que se vive, lo que se recrea, lo que se reinventa y no lo que simplemente se lee y se escucha.
En este modelo no hay educación individual sino grupal, comunitaria: “nadie se educa solo”, sino a través de las experiencias compartidas de la interrelación con los demás, dice Freire “el grupo es la célula educativa básica”; dentro de la concepción del aprendizaje como hecho social, el trabajo en grupo ha de ser uno de los ejes fundamentales de la formación. Como marco propicio para el desarrollo de la autoexpresión del estudiante, reforzando la idea de que aprendemos de los otros y con los otros (Vigotsky 1.978) y fomentando la cohesión social, la corresponsabilidad y las relaciones con los otros.
El primer modelo se propone que el alumno aprenda, el segundo que el receptor haga y el tercero el de Freire que el sujeto piense y que este pensar lo lleve a transformar su realidad.
Con base en otros documentos, se puede citar La “Declaración de Quito”, que fue el resultado de la IV Reunión Regional Intergubernamental del Proyecto Principal de Educación en América Latina y el Caribe (1.991), donde se trata la necesidad de lograr una educación pertinente, para un desarrollo que compatibilice, crecimiento económico, equidad social y democratización política, se debe formar sujetos críticos, dignos representantes de este cambio socio político que vive nuestro país.
En el mismo orden de ideas cabe citar un extracto de las palabras del ciudadano presidente de la Republica Bolivariana de Venezuela Hugo Rafael Chávez Frías en la juramentación de los coordinadores regionales de la Misión Sucre (2.003) donde señala: “… la Misión Sucre es como Sucre, llevando antorchas, unas antorchas de conocimientos, de fuerza moral, de unidad. La misión sucre tiene que contribuir a la unidad del pueblo, a profundizar la unidad del pueblo más allá de los partidos, mas allá de candidaturas, mas allá de la coyuntura electoral…oigan a Bolívar cuando dijo, “las naciones marchan hacia su grandeza al mismo paso con que camina su educación” o como dice Paulo Freire: el acto de leer, de estudiar es un acto libertador, la educación es liberadora. Vamos pues avanzando en la educación, vamos a la liberación de nuestro pueblo”.
Después de estas palabras nos preguntamos ¿Hacia donde va el presidente?, muy sencillo su discurso esta enfocado en el nuevo republicano que necesita nuestro país, el que día a día formamos en nuestros ambientes de aprendizajes, el republicano critico, autentico, responsable de su proceso educativo, dueño de sus actos, comprometido física y moralmente con su pueblo con sus compatriotas, con sus camaradas, el que es capaz de ejercer la democracia participativa, el que exige pero también da, con un valor de patriotismo elevado dispuesto a dar y recibir de su comunidad todo cuanto necesiten, ese es el republicano que estamos formando bajo el modelo pedagógico de Paulo Freire.
Dentro de las directrices de la Misión Sucre se encuentra la “Construcción de Ciudadanía”, que se basa prácticamente en el modelo de Freire, la cual dice: “…estamos en la construcción de la ciudadanía, democratizando el saber, desarrollando la soberanía cognitiva en la lucha contra la jerarquía y monopolio del saber, siendo parte constitutiva de una nueva cultura política. Pero esta soberanía política no se puede ejercer plenamente sin soberanía cognitiva, es decir, pensar con cabeza propia, ser constructores de nuestros saberes y participar integralmente en la formulación, planificación, ejecución y evaluación de los asuntos atinentes al interés común de los ciudadanos…”. Por ello se plantea que para pasar de la representación a la participación hay que democratizar el saber…
El método de alfabetización de Paulo Freire nos conlleva a desprendernos de la educación tradicional o “bancaria”, donde la clase magistral era propia del aprendizaje, y se impartía en un sitio en un aula de clase, donde no había ninguna reciprocidad, donde se supone que el alumno no sabe nada y el maestro lo sabe todo. En este método los participantes traen aprendizajes que son tan (o mas), importantes como los que trae el facilitador, como el acervo propio de la comunidad, de la localidad y del país; de esto se deriva la modalidad semipresencial de la Misión Sucre, la cual se define como una forma de dar y recibir conocimientos (compartir aprendizaje), en espacios de formación bien sea en aula, un taller, el trabajo, el hogar, la comunidad, entre otros, a través de las practicas que se tienen y que se generen, en el intercambio con los otros participantes y con el profesor.
En resumen, los estudiantes o participantes son el elemento esencial para las instituciones educativas, el docente debe ocuparse, sobre todo hoy en día, de enseñar a sus alumnos a aprender y a tomar iniciativas, y a no ser, únicamente, pozos de ciencias. Se debe propiciar el reconocimiento colectivo de que todo individuo es un potencial constructor de conocimiento a partir del análisis de sus prácticas, experiencias y anhelos; dejar en evidencia que los poderes creadores del pueblo es la única garantía de un verdadero proceso de educación para la liberación. La Pedagogía del Oprimido es develadora de la razón de ser de los hechos, instigadora de los oprimidos para que se asuman como sujetos críticos del conocimiento y de la acción transformadora del mundo. El proyecto educativo bolivariano desde los sectores populares que lidera día a día nuestro presidente y del cual me siento participe, se trata de superar el modelo de educación tradicional o el “Bancario” como lo llama Freire en el cual se enfatiza en los contenidos o en el efecto, mas no en los procesos, donde se trata al educando como un objeto al cual debe instruir el educador (poseedor del conocimiento). El modelo que se quiere construir y potenciar y que poco a poco se ha venido implantando en las Misiones (entre ellas Misión Sucre) es el de una educación que se centre en los procesos, en los conocimientos construidos de forma participativa con una relación entre sujetos con conciencia critica en la cual la interacción entre educador-educando se base en el dialogo con miras a la transformación de la realidad y la libertad.
La Misión Sucre surge dentro del nuevo paradigma de educación bolivariana en este caso la educación como derecho, proponiendo una política inclusiva heterogénea en la que dialoguen los saberes y conocimientos de las identidades que conforman el pueblo venezolano; en este sentido se tiene que construir un nuevo modelo de educación superior que apunte a la construcción colectiva de un conocimiento critico para transformar las realidades de opresión, sin colonizar ni desconocer las diferencias culturales respetando la diversidad que nos caracteriza como nación







Enseñar exige respeto a los saberes de los educandos
Paulo Freire







Bibliografía:
1.- Paulo Freire. Pedagogía del Oprimido.
2.- Primer Taller Piloto para la Capacitación de Formadores de Preparadores Misión Sucre, Caracas (2.007).
3.- Guía de Formación de Preparadores y Preparadoras de la Misión Sucre. Caracas (2.006)
4.- José Martí. Nueva York en otoño. Estudios sobre educación. Editorial Ciencias Sociales, 1.976. Pg. 77-86.

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